Vox Populi │ Columna Por Aurelia Fierros |
Source: Boston Herlad. |
Mientras los reporteros enfrentan una constante lucha por lograr mayor acceso al Presidente Barack Obama, la evidencia indica una obtención limitada de información oficial y significativos esfuerzos de la Casa Blanca por controlar el mensaje. Si bien en ese sentido no hay nada nuevo bajo el sol, lo preocupante es que este patrón otrora manejado extraoficialmente y con discreción, hoy se incorpora cada vez más a la política pública de la administración.
Periodistas y observadores de medios acusan que Obama evita y evade preguntas sobre asuntos de interés nacional –incluyendo desde temas relativos a la escalada del precio de la gasolina, hasta el operativo en que se eliminó a Osama Bin Laden-; y que el personal que lo rodea usa la intimidación para impedir ser cuestionados.
La Casa Blanca ha mostrado hipersensibilidad al trato adverso por parte de la prensa y en consecuencia, ha desarrollado una relación ríspida con ciertos medios que observan los asuntos públicos desde una perspectiva crítica y más allá de bases meramente ideológicas.
La Casa Blanca ha mostrado hipersensibilidad al trato adverso por parte de la prensa y en consecuencia, ha desarrollado una relación ríspida con ciertos medios que observan los asuntos públicos desde una perspectiva crítica y más allá de bases meramente ideológicas.
El caso más reciente es el del periódico Boston Herald, cuyo acceso al presidente fue limitado durante una visita a la ciudad sede de ese periódico, el 18 de mayo.
La polémica comenzó con un correo electrónico enviado por un asistente de la Casa Blanca que se refería a la exclusión de la cobertura presidencial, de un reportero del Herald. El mensaje argumentaba presunta parcialidad de ese diario por la aparición en primera plana de una pieza de Oposición Editorial (Op-Ed) escrita por Mitt Romney (ex gobernador de Massachusetts y potencial candidato presidencial republicano para 2012), el pasado 8 de marzo, mismo día en que Obama visitaba Boston para recaudar fondos.
“Tiendo a considerar el grado en que los periódicos han demostrado una cobertura regular y justa de la Casa Blanca, cuando se trata de determinar a los reporteros locales que se integran al pool (presidencial)… Creo que (la columna invitada donde Romney criticaba a Obama) eleva una pregunta razonable sobre si el periódico es imparcial en su cobertura sobre las visitas del presidente”, dijo al Herald Matt Lehrich, un vocero de la Casa Blanca para la prensa, en respuesta a la petición del Herald por participar en la cobertura de esta semana.
Curiosamente, Romney ha ocupado en ese mismo medio, primeras planas con interrogantes sobre si su trayectoria política estaría acabada.
Pero Lehrich también dijo que el Herlad no fue premeditadamente excluido en esta ocasión, ya que el pool de prensa local había sido seleccionado anticipadamente por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y adelantó que dicho periódico todavía “podría” ser incluido en la cobertura de las actividades presidenciales futuras.
Pero Lehrich también dijo que el Herlad no fue premeditadamente excluido en esta ocasión, ya que el pool de prensa local había sido seleccionado anticipadamente por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y adelantó que dicho periódico todavía “podría” ser incluido en la cobertura de las actividades presidenciales futuras.
En respuesta, el editor del Boston Herald Joe Sciacca dijo que la intimidación no determina su línea editorial.
“Lucharemos siempre por un acceso justo a las visitas presidenciales y a otros sucesos importantes y no nos intimidarán en su intento de afectar nuestras decisiones noticiosas”.
Otros incidentes recientes incluyen la negativa de Obama a responder cuando recibe preguntas agresivas, y una advertencia de ‘congelamiento’ al grupo Hearst newspapers, luego de que una reportera del San Francisco Chronicle grabara con su teléfono celular a un grupo que interrumpió al presidente en pleno discurso, durante un desayuno en un hotel de lujo de esa ciudad.
Irónicamente, hace exactamente un año, Obama firmaba la Ley de Libertad de Prensa (Press Freedom Act). Esta ley, que expande el reporte anual de derechos humanos del Departamento de Estado para que incluya la situación de las libertades de prensa de todos los países del mundo, hoy por hoy, debería comenzar por aplicarse en casa.